jueves, 9 de abril de 2009

La mujer Perfecta 2.0

Les diré algo, la siguiente historia tiene de real lo que yo tengo de perfecta.

Todo comenzó hace un par de meses atrás. Era casi un día normal en este planeta al que los humanos llaman Tierra, hasta que en un momento dado anunciaron por la televisión la última tecnología en robots: “La mujer perfecta, es todo lo que un hombre necesita para estar contento y mantener todo en orden en su vida, este prototipo contiene todas las características que un hombre necesita para tener a su mujer ideal con él. Consulte con su proveedor dónde obtener la suya. ¡No se arrepentirá! Ella estará el 100% de su tiempo dispuesta a satisfacer todas sus necesidades”.

Y claro, como todo el mundo sabe, nunca se debe creer en un 100% lo que dicen en los medios de comunicación masivos, aunque esta vez algo de razón tenían. La compañía que había desarrollado mi tecnología, la AFOM, se esforzó por incluir todas aquellas características psicológicas que se recopilaron mediante varias encuestas a hombres de diferentes partes de la galaxia. Sin embargo pasaron por alto un sólo detalle, ningún hombre mencionó todas esas características juntas. Por otra parte, las características físicas las definía el comprador cuando hacía su pedido.

De todos modos las mujeres de todos los lugares posibles se sintieron ampliamente atacadas con la noticia. Una mujer necesita tener a quién entregarle su amor. Y si son reemplazadas por alguien o algo hasta en eso, su vida no sería nada más que un objeto vacío y completamente sin sentido. Por lo mismo todas ellas olvidaron las diferencias que las separaban y hacían pelear, se pusieron de acuerdo y siendo representadas por Steicy Climbine formaron la ACMP, la Asociación Contra la Mujer Perfecta. Expusieron múltiples puntos por los que no estaban de acuerdo con la masificación de este “producto de la imaginación machista de los hombres”, así fue como me definieron. Pero, que alguien me explique ¿Qué culpa tenia yo de que sus respectivos hombres estuvieran disconformes con ellas, siendo yo casi parte de ellas mismas?

Incluso, a pesar de múltiples protestas de la ACMP, ellas no pudieron evitar que los propósitos de la AFOM se cumplieran, hasta mucho tiempo después del lanzamiento de “La mujer Perfecta” en el mercado. Así fue como un Miércoles 14 de Mayo del 3024 salí a la venta junto a muchas como yo. Y por esas vueltas de la vida fui comprada por Steve Morrison, el ex-novio de Steicy. Me puso por nombre Yuri. Al poco tiempo, él ya estaba muy acostumbrado a mis mimos y a que hiciera con exactitud todo lo que me pedía, no se podía negar que estaba muy contento por haberme comprado. Pero aun así, comenzó a pensar que faltaba algo, que algo andaba mal. Y así fue cuando un día comprendió que mi “infinita perfección” tenía una imperfección.

Yo sólo era un prototipo de mujer. No era una mujer. No tenía lo esencial que hace a una mujer, una mujer. Tan simple como eso. Puesto que, lo que hace a una mujer ser perfecta, no es que sea perfecta, muy por el contrario, es su imperfección, esos pequeños grandes detalles que hacen a los hombres amarlas. Ese día en el que ella tiene un problema, se siente vulnerable y necesita la ayuda de un hombre, ese sentirse desvalida a pesar de ser infinitamente fuerte, ese querer que sus necesidades sean atendidas, que yo, como robot diseñado para satisfacer necesidades ajenas, nunca podría sentir.

Luego de varios meses muchos de los humanos comprendieron lo que Steve no tardó en entender.

Y en ese entonces fue cuando sucedió algo un tanto inesperado. Todos los hombres salieron en búsqueda de aquellas mujeres que habían abandonado a cambio de sus prototipos de mujeres perfectas. Al fin habían aprendido su lección: “Cada mujer es perfecta, a su manera”.