sábado, 25 de junio de 2016

Miel y pimienta

Sentada en el piso revisaba cada agenda, cuaderno, carpeta, cada rincón de lo que hasta el momento era su estante de documentos. En eso se había convertido el clóset de la pieza que no servia más que para dejar todo lo que no tenia un lugar propio dentro de la casa.
Luego de haber demostrado que podía vivir sola le tocaba mudarse. Había pasado más de un año en la única compañía de su felina amiga y ahora, sin más, dejaba de lado los malos acontecimientos del pasado para finalmente dar paso a nuevas experiencias. Con cierto recelo acepto que volver a compartir morada podía ser una buena idea, claro, esta vez no seria con una pareja ni tampoco con amigas como hace algunos años, mucho menos volvería a una pieza en la casa de alguien más, esta vez estaba dispuesta a compartir lo que con esfuerzo junto con un amigo... Un amigo sin esperanzas de llegar a ser algo más por cierto, ambos disfrutaban "cachurear" juntos, por suerte tenían gustos diferentes dentro de la similitudes.
Ahí estaba sentada en frío piso de la habitación, la radio sonaba de fondo y el único ruido ajeno a ella era el que propinaba su compañía felina, quién jugaba alegremente sin saber que disfrutaba de sus últimos días en aquella casa que la había acogido el ultimo año y 3 meses.
Habían tantas cosas en aquella casa, había juntado mucho sin darse cuenta y ahora sin contar con cajas tendría que sacar de a poco cantidad de chucherías. Entre tanto papel de su universidad se encontraba una agenda de hace unos años, la abrió para pasar sus hojas y saber si había algún motivo para seguir teniéndola, fechas de pruebas, boletos de micro, algunos pasajes de bus y recuerdos de su ida a la casa de una gran amiga en Frutillar, entremedio de todo eso cuatro hojas de cuaderno dobladas con cariño descansaban lejos de la luz... Eran de él, la gran razón para su llegada a esa casa, hasta ahora, el único amor en su vida.
Muchos recuerdos invadieron la mente de la chiquilla, dulces palabras escritas en una caligrafía poco armoniosa, como él, "Grandes virtudes en un mar de errores".
Que haría con ellas ahora se preguntaba, esa historia era parte del pasado, un pasado de miel y pimienta.